Viajar en bicicleta, o bikepacking, puede ser una experiencia reconfortante y aventurera, que te permite recorrer lugares mucho más rápido que a pie y llegar a sitios que en vehículo no podrías. Morgan Tilton de GearJunkie nos cuenta los errores básicos que cometió en su primer viaje en bicicleta por el desierto de Sonora en la frontera entre USA y México.

"Nuestra ruta de 100 millas comenzó en Ajo, Arizona, tengo a través del Parque Nacional Organ Pipe Cactus y por la frontera con México. Esto significó ser una ruta épica para ser mi primer viaje en bicicleta. Caminos rocosos, mares de arena y mucho mucho sol, un camino lleno de obstáculos. La curva de aprendizaje fue empinada pero divertida. Aquí les dejo unos cuantos tips que aprendí en mi primer viaje"

1. Zapatillas y tipos de pedales

Mientras que mis compañeros de viaje llevaron sus pedales automático (pedales con fijaciones) y zapatillas ad-hoc, yo llevé zapatillas de suela plana y pedales de plataforma.
Más que un par de veces deseé tener pedales con fijaciones, pues este sistema te permite aprovechar más la energía y es mucho más eficiente en viajes largos con una bicicleta muy cargada.
La excepción fue en lugares con mucha arena, donde el no tener los pies enganchados a los pedales me permitía controlar alguna eventual caída en la arena. Pero el resto del tiempo me habría gustado tener este sistema de pedales que habría aliviando considerablemente el esfuerzo que debí hacer.


Pedal automático o con fijaciones. Se aprovecha mucho más la energía del pedaleo


2. Alforja trasera

Instalé en mi bicicleta una alforja con forma de cono en la parte trasera del asiento, que parecía encajar perfectamente, hasta que empezamos el camino rocoso y la bicicleta empezó a rebotar mucho. Debido a mi contextura, el asiento iba bastante bajo y cercano a la llanta.
Debido a la gravedad, el peso de la alforja y a que no dejé suficiente espacio libre sobre la llanta, la alforja terminó con un agujero en su parte inferior.

Tuve que agregar una rejilla a la parte trasera y redistribuir  mi equipo en otras alforjas. La lección: asegúrate que tienes el equipo adecuado para el modelo de tu bicicleta y una distribución correcta de las alforjas.

3. Alforja en el marco central

Redistribuir el peso a una alforja en el marco le dio estabilidad a la bicicleta. Pero descubrí luego de unas cuantas millas que mis caderas no son tan anchas para tanto bulto. Lamentablemente, mis rodillas terminaron rozando todo el tiempo contra la alforja.

Para ello, encontré dos soluciones. Primero, no recargar la alforja central poniendo solo las cosas necesarias allí, y segundo, encontrar una configuración y distribución adecuada de los bolsos en la bicicleta. Encuentra una distribución que funcione bien con el tamaño y forma de tu cuerpo, así como también con tu centro de gravedad.




4. Manipular el aire en las cámaras.

Al tercer día descubrí la gloria que es desinflar un poco las cámaras de las ruedas, para que haya más absorción de choque en caminos difíciles. Fue perfecto para lugares rocosos y descensos.

5. Teléfono y accesorios

Para tener  acceso rápido, puse mi teléfono  en el bolsillo trasero de mi tricota. Así, podía parar a fotografiar rápidamente paisajes.
Pero el teléfono, entre mi cuerpo que exudaba calor y el sol asfixiante del desierto terminó por sobrecalentarse. Así que lo puse en la alforja del marco para evitar el sobrecalentamiento.

6. Llevar menos cosas

Cada gramo que llevas encima cuenta. Para asegurarte que nos vas a estar cargando una tonelada de peso extra, recuerda llevar solo las cosas esenciales.
Mientras menos equipo lleves, mejor!
Mi equipo constaba de un par de calzados de repuesto, almohadillas de gamuza, bloqueador solar, una toalla, una carpa para una persona, una colchoneta y un saco de dormir. Tan solo en la primera noche me di cuenta que mi colchoneta no servía para nada y no la utilice el resto del viaje. También podría haber dejado la toalla y haber usado baby wipes. Mientras menos mejor.





Consejos finales

Lo importante es no sentirse intimidado con la posibilidad de fallar. Lánzate a la aventura con un grupo de amigos que les guste explorar y que tengan una buena actitud. En esos momentos en que estés sufriendo los inevitables dolores de músculos, agradecerás la buena compañía. Y también, chequea el tiempo. Dos veces por lo menos, y lleva un equipo adecuado para ello. Tu cuerpo te lo agradecerá.



Fuente: GearJunkie.com