Venimos bajando del Volcán San José (5.856 m.s.n.m.) y pudimos experimentar el beneficio real de un producto nuevo en el mercado.

Siempre llevamos en nuestro botiquín un aparato para medir la saturación de oxigeno, por lo que comprobamos empíricamente si servía o no. En un momento de alta fatiga (sobre los 5.500 mts.) medimos la saturación y estábamos en 73% uno y 75% el otro. Aplicamos cuatro inhalaciones cada uno y el porcentaje subió a 96% y 97% en menos de un minuto. La sensación de asco y mareo que provoca la altura se disminuyeron, también hubo una mayor recuperación a la fatiga que traíamos y en definitiva la sensación de bienestar mejoró.

Así como el montañista tiene claro el equilibrio hidro-salino de su cuerpo, para lo cual bebe grandes cantidades de líquido (isotónico o con sales minerales), hasta hoy el tema de la deuda de oxigeno lo resolvíamos a punta de pequeñas sesiones de recuperación y mucha voluntad.

No se trata de hacer el cerro “con oxigeno” o sin él. Se trata de oxigenarse bien para estar mejor y no correr riesgos innesarios, producto de la altura. Qué bien por la mejor calidad de vida que nos da  a los deportistas este producto. Recomendado y probado. Úsenlo con confianza…funciona.

                     Nicolás Fernández Piza.         (Guía ENA)       

                 Gregorio Fernández Valdés.    (Montañista aficionado)